Campeche no solo es rica en historia y anécdotas de la conquista, la colonia y las invasiones piratas. Además de los obligados paseos por las calles del recinto amurallado, y de los atardeceres por el malecón, en Campeche podemos hacer paseos de ida y vuelta en un solo dia, para conocer la riqueza arqueológica de Edzná y la increíble hacienda de época que alberga una imponente ceiba de más de 100 años.
La zona arqueológica de Edzná y la Hacienda Uayamon, están ambas sobre la misma ruta, a solo media hora de distancia entre ellas y a 1 hora del centro de Campeche.
Uayamón, era una estancia ganadera en la que más tarde se cultivó maiz, henequén y palo de tinte (una planta usada para teñir textiles de color rojo). La hacienda del siglo XVI fue saqueada por el terrible Lorencillo (el neerlandés Laurent De Graaf) que atacó e incendió la ciudad de Campeche. La hacienda se ha rehabilitado para funcionar como hotel de lujo, donde las casas de los antiguos trabajadores son habitaciones.
Los muros de piedra surgen entre la exuberante vegetación. Su abrevadero original, su capilla y sus estancias desprovistas ya de techos, yacen entre hermosos jardines que merece la pena visitar.
En Uayamón encontrarás un agradable restaurante.
La zona arqueológica de Edzná fue la capital del Mundo Maya entre los años 400 y 1000. Los habitantes del lugar crearon un elaborado sistema hidráulico para captar y distribuir el agua pluvial, que les proveía de agua en cualquier época del año. La ciudad en operación llegó a tener una extensión de 25 kilómetros cuadrados, y en la actualidad podemos visitar sus imponentes áreas principales: la Gran Acrópolis, la Casa Grande y la Pequeña Acrópolis, en ellas se pueden apreciar variados estilos arquitectónicos con técnicas y materiales de construcción pertenecientes a las distintas épocas del periodo. Se cree que la ciudad fue abandonada hacia 1450 de forma inexplicable.
En las noches del fin de semana Edzná se ilumina con un interesante show de luz y sonido en que se cuenta su historia.
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